La tradición de la sopa de mariscos


La tradición de la sopa de mariscos

Te contamos sobre la importancia de la sopa de mariscos en el país

 

Quizá podemos rastrear los orígenes de la extraordinaria sopa de mariscos a lo chinantecos, quienes crearon lo que la historia sigue llamando “caldo de piedra”, una preparación gastronómica similar a la que conocemos hoy como sopa de mariscos, pero que tenía una tradición distinta: preparada solo por los hombres, quienes pescan, seleccionan piedras, cortan leña y calientan esas mismas piedras para la cocción; esta tradición prehispánica se mantiene hasta hoy.

 

Sopa de mariscos: Una tradición

La tradición de la sopa de mariscos nace con el contacto con la naturaleza, con las posibilidades de la costa y con la inquietud de nuestros antepasados por descubrir nuevos caminos gastronómicos.

Esta sopa es muy famosa en Veracruz, por ejemplo, pero ha logrado conquistar a los citadinos que no se pueden resistir a buscar una buena marisquería para comerla los domingos.

 

Caldo de Piedra

Y si bien aquél caldo de piedra es esencialmente una preparación masculina, también es un hecho que las sopas y caldos de la cocina mexicana tienen mucho de femenino y también de maternal.

La sopa de mariscos es un plato confeccionado para apapachar, mientras cada uno de los sabores combinados en la sopa nos permite experimentar una explosión agradable en la boca.

Camarones, jaiba y especias: la combinación perfecta

Los camarones, la jaiba y otros mariscos, combinados con jitomates, chiles de árbol, y epazote, adquieren un sabor muy particular bajo el amparo de las recetas tradicionales de sopa de mariscos.

Cada bocado es como recibir un premio culinario de altura y, al mismo tiempo, percibir en la hechura un delicado sabor al hogar.

 

Hay quienes disfrutan la sopa de mariscos con limón, hay quienes gustan de echarle más picante. Hay quienes también tienen la manía de poner los mariscos aparte y comerse primero el caldo y luego lo demás, hay quienes ni de locos separarían los ingredientes.

No importa cómo elijas comerla, ni en qué orden la disfrutes, lo importante es que tenga el sabor inigualable de la tradición.